Para Madame
de Staël el objetivo de la escritura de una novela es desvelar los secretos del
corazón humano.
Observer le cœur humain
c’est montrer à chaque fois l’influence de la morale sur la destinée ; il
n’y a qu’un secret dans la vie, c’est le bien ou le mal qu’on a fait.
Su proyecto
romanesco se pone en acción en Delphine
(1802). En el prólogo a dicha novela enuncia las ventajas de la escritura sobre
la vida y la superioridad que tiene la ficción con respecto a las
circunstancias de la realidad para instruir el corazón y la moral del ser
humano. Mientras escribe esto los novelistas góticos descubren – tal vez sin
quererlo y hasta esto último de pronto es una invención de la crítica moderna –
la hostilidad de la realidad y la realidad
objetiva del mal.
Le Retour de Marcus Sextus (1799) de Guérin. Tout rappelle la mort dans ce tableau; il n’y a de vivant que la douleur. |
Consideraciones
novelísticas del prólogo de Delphine
Creo
entonces que las circunstancias de la vida, pasajeras como lo son, nos
instruyen menos sobre las verdades durables que las ficciones fundadas en dichas
verdades, y que las mejores lecciones de la delicadeza y del orgullo pueden
encontrarse en las novelas en las que los sentimientos se pintan con suficiente
naturalidad para que ustedes crean que están asistiendo a escenas de la vida
real leyéndolas.
Fragmentos
de la Respuesta de Delphine a la señora
de Albemar
Paris, 1 de Mayo de 1790
15 de abril de 2014
Las cualidades naturales bastan para
ser honesto cuando se es feliz, pero cuando el azar y la sociedad lo condenan a
uno a luchar contra su corazón, se necesitan principios cuidadosamente pensados
para defenderse de sí mismo, y las personalidades más amables en las relaciones
habituales de la vida son las que más peligro corren cuando la virtud entra en combate
con la sensibilidad
Primero, creo en general que un
hombre de carácter frío es el más propicio para hacerse amar fácilmente por un
alma apasionada. Cautiva y sabe mantener el interés haciendo suponer que existe
un más allá de lo que expresa, y sin abandono puede, al menos por un momento,
excitar aún más la inquietud y la sensibilidad de otro hombre. Las relaciones
así establecidas tal vez no sean las más felices ni duraderas pero agitan con
más fuerza a un corazón bastante débil para librarse a ellas. Federico, solitario,
exaltado e infeliz se dejó arrastrar tanto por sus propios sentimientos que no
se puede acusar al señor de Serbellane de haberlo seducido.
Sin detenerme mucho tiempo en mí, le
diré que, como la mayoría de la gente de mi edad, cometí muchos errores al
entrar en la carrera peligrosa de este mundo. Estos errores, por una
combinación de circunstancias tuvieron desenlaces funestos. De todas las penas
que experimenté me quedó suficiente calma en mis propias impresiones pero
también un profundo respeto por el destino de las personas que, de cierta
forma, dependen de mí. Las pasiones impetuosas tienen como objetivo nuestra
satisfacción personal, estas pasiones están muy frías en mi corazón pero yo no
estoy cansado con mis deberes y no tengo nada mejor que hacer que evitar el
dolor a aquellos que me aman, ahora que no puedo tener ni un gusto vivo ni una
voluntad fuerte que tenga como propio objetivo mi propia felicidad.
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